Las Reservas de la Biosfera tienen su origen en el Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MaB), creado en 1971 por la Unesco con el objetivo de establecer una base científica para el conocimiento y promover mejoras en la relación entre las comunidades y los ecosistemas. Este programa creó una red de reservas que fomentan el desarrollo en armonía con la preservación de un patrimonio natural de innegable valor, protegiendo la biodiversidad y ecosistemas únicos. Un desarrollo sostenible basado en las actividades de las comunidades locales y en los conocimientos científicos. Las Reservas de la Biosfera no se crearon para erigir barreras al crecimiento y a la integración de las comunidades en el entorno natural; al contrario, contribuyen a apoyar un crecimiento basado en la educación y a valorizar el potencial económico de los valores naturales. La Reserva de la Biosfera de la Meseta Ibérica se creó para promover y armonizar la conservación de los valores con el desarrollo de las regiones y para apoyar la investigación y el intercambio de conocimientos sobre el pasado, el presente y el futuro de este patrimonio. Estas reservas son una estrategia fundamental en la defensa de paisajes, ecosistemas únicos, biodiversidad y patrimonio cultural, con medios que potencian la presencia humana y el crecimiento económico. Se trata de luchar contra la idea «errónea» de un conflicto entre preservación y desarrollo, apoyando el crecimiento sostenible y las oportunidades económicas generadas por el patrimonio natural y cultural.